Gracias a nuestro presidente Calderón tenemos desde el primero de enero un justo y parejo cuatro por ciento de aumento. Todos los que estudiamos un minimo de economía sabemos que el salario es una de las formas de reparto de la riqueza, por lo que un cuatro por ciento -estamos ciertos de ello- corresponde amablemente a compensar la inflación del seis por ciento (sin contar la subyacente).
¡Felicidad!, ¡Progreso!, ¡Justicia Social!. Gracias por mi cuatro por ciento de aumento. Ahora me alcanzará para mis vacaciones y para el pavo. Es evidente la vocación de mi gobierno por disminuír el índice de Gini. Soy feliz.
A mi me encanta el atole con el dedo. ¿Y a tí también?
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