Hay un momento en el que -en un instante casi divino- el hombre se acerca al dios judeocristiano y se convierte en dos personas en una sola: me refiero al embarazo.
Tengo la fortuna de tener cuatro hijos que se han convertido en mi orgullo, mi admiración y mi cariño cotidiano. En alguna ocasión, una amiga me comentaba que mientras más niños menor calidad de vida. Inmediatamente le respondí pensando en lo relativo del término "calidad de vida". Si se refiere a lo estrictamente económico o material; tal vez mi amiga tenga razón. En mi caso es directamente proporcional.
En el momento que decides tener un hijo decides que a partir de ése preciso momento tu corazón deja de habitar en tu pecho y sale corriendo a convertirse en otra persona.
En ésta ocasión le envío un saludo a una amiga que está a punto de tener a su segundo crío. Le deseo toda la buenaventura y muitos parabéms, como dicen los brasileiros.
A continuación, uno de los más bellos poemas de Siquelianos, fecundo griego de inicios del siglo XX, surrealista como sus coetáneos Kazatzakis y Elitis. Les recomiendo deleitarla con cuidado, suavemente. Ojalá les guste.
La Madre de Dante
Ányelos Siquelianos
Como vacía, en su sueño le pareció Florencia,
cuando despunta el alba,
y que, lejos de sus amigas, en soledad
erraba por las calles.
Y tras ponerse su vestido nupcial de seda,
y los velos de lis,
vagaba por las encrucijadas, y en el sueño
le parecía nueva cada calle.
Y en los cerros que bañaba un aura matinal de primavera,
como enjambres lejanos
lentos y hondos doblaban los agonizantes campanarios
de las ermitas.
Y de pronto, como si se encontrara dentro de un jardín,
en el aire más blanco,
de un jardín vestido de novio, y lleno de naranjos y manzanos,
de una punta a la otra,
y mientras la arrastraban las fragancias, le pareció que se acercaba
a un alto laurel,
en el que un pavo, saltando de peldaño en peldaño,
subía hasta la cima.
Y alargaba su cuello a una y otra rama
rebosante de bayas,
y se comía una, cogía otra y la tiraba al punto
desde la rama al suelo.
Su delantal bordado, alzó involuntariamente
en la sombra, hechizada,-
y he aquí que al instante se le hizo pesada, cargada
de rizadas bayas.
Del esfuerzo del alba, reposó así un momento,
en una nube fresca-
y sus amigas, alrededor de la cama, estaban esperando
para acoger al niño.
Trad. Ramón Irigoyen.
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3 comentarios:
Muy bello esto de Siquelianos :)
... y mando saludos también a la futura mamá.
Muchas gracias Fede, eres una gran persona
Te mando un abrazo y ya les avisare siempre si es niña o niño =S jajaj si dan nervios
Saludos a todos
Caro
A los hombres nos es difícil imaginar un embarazo. Es tan complejo y tan enorme la sensación. Siquelianos lo retrata magistralmente. No sé que opinen las mujeres......
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