Se me está volviendo un lugar común
encontrarme perdido en tus ojos
a las cuatro de la madrugada.
Cuando -sin razón aparente- despierto
completamente lúcido
anhelando tu abrazo.
No es fortuito el hecho de encontrar
también tu aroma
entre las calles,
para luego buscar con mis ojos miopes tu presencia.
Todo ello se debe a que
silenciosa y pausadamente te has hecho:
Del control de mis pensamientos,
del manubrio de mi imaginación y
aunque me cueste admitirlo,
de mi
corazón.
Agosto 2018